domingo, 31 de octubre de 2010

El negocio de la muerte

Morirse es un gran negocio, no solo para las funerarias, cementerios y demás rubros que viven de la muerte, sino también para los medios de comunicación. En estos últimos días hemos vivido tres muertes muy seguidas que han  convocado la atención de todos lo medios nacionales. Primero fue Romina Yan, la hija de Gustavo Yankelevich y Cris Morena, después la muerte Mariano Ferreyra el militante estudiantil y del Polo obrero y por último y más reciente, la muerte del ex presidente Néstor Kirchner. Estas lamentables desapariciones físicas movilizaron todo el aparato periodístico y mediático de una manera inusitada, generando  con su  cobertura una ostentosa cantidad de ingresos como nunca se había visto.

Es evidente que el ser humano tiene un aspecto de su personalidad oscuro y siniestro en donde el morbo parece activarse cada vez que se lo alimenta con noticias que hablen o tengan que ver con la muerte. A nadie le gusta morirse, pero a muchos les gusta regodearse con las lágrimas derramadas sobre la cajón o con el dolor ajeno, y si a eso le sumamos que quien tuvo la desgracia o suerte, depende desde donde se lo mire, de morirse es un famoso, el morbo aumenta y con él también los ingresos para los medios que van a cubrir la noticia.

Recuerdo que unos días antes del  fallecimiento del queridísmo actor Luis Sandrini, los medios de comunicación de aquella época no dejaban de acosar a su esposa la actriz Malvina Pastorino y se agolpaban  como un cardumen de pirañas hambrientas en la puerta del sanatorio donde estaba el actor internado. Todos se peleaban por tener la primicia, por ser los primeros en informar el trágico e inevitable final. Este recuerdo viene a cuenta porque en un diario de ese entonces, el cual no recuerdo, un humorista gráfico, que tampoco recuerdo, dibujo la entrada del sanatorio sobrevolada por un montón de aves carroñeras que representaban a los periodistas. Esta satirización de tan terrible situación, adquirió en ese momento un valor simbólico verdaderamente sorprendente por el revuelo que los medios habia  causado frente a la clinica, al punto de perdurar en mi memoria por más de 30 años.

Hoy las cosas siguen igual, nada ha cambiado en estos últimos años, al contrario el comercio que se genera alrededor de la noticia trágica y la  muerte de famosos se ha hecho más salvaje y más evidente. Todos corren tras la primicia, no quieren perderse la apoteosis de ser el primer medio, y si es el único mejor, en informar el suceso "iso facto". Cuando  Diego Maradona estuvo internado en el 2007 por su problema pulmonar el canal de noticias de cable Crónica TV solo puso una placa negra con la hora, quizá a  la espera de que alguien le diera la confirmación de la muerte del astro futbolístico, cosa que por suerte nunca sucedió. Lamentable.

La cobertura de  las tres muertes que mencione al principio ha sido desmedida y despiadada., incluso en el caso de Kirchner llego a un punto de hartazgo por la propia saturación del tema  al estar en todos los canales y otros medios. El último viaje de nuestras vidas debería ser un acto privado, sin más testigos que nuestros familiares y seres queridos. No debería hacerse un circo mediático de un hecho tan intimo y doloroso. Sin embargo, sucede todo lo contrario, ahí están las cámaras, los micrófonos y los celulares pegados al  dolor, agobiando al familiar adolorido, buscando encontrar no se que cosa, pues la muerte no es ninguna novedad, es algo natural  que obedece a las leyes de la vida y en definitiva a todos, incluidos los que allí están merodeando como animales carroñeros, le va a tocar.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Fallecimiento de Néstor Kirchner

Ex presidente Néstor Kirchner
La repentina muerte del ex presidente Néstor Kirchner abre la discución en torno a la valorización de su gestión como presidente y a la profundización del modelo que se empezara a implementar allá por 2003. Creo que es indiscutible cuestionar algunos cambios importantes y sustanciales que Kirchner propicio desde su lugar de primer mandatario y que demostraron que era un presidente distinto a los anteriores. Sin dudas su gestión no fue brillante, pero si tuvo ese halo o resplandor que denotan las cosas cuando tienen personalidad, porque si algo tuvo la conducción de Néstor Kirchner fue eso, personalidad. Fueron muchas las cosas buenas, también tuvo cosas malas o no del todo claras, pero que gobierno no se debate entre lo claro y lo oscuro entre el yin y el yan. Es difícil pensar en una gestión presidencial en donde todo funcione al ciento por ciento, en donde nadie se queje de nada o en donde todo este perfecto. Kirchner, a pesar de sus imperfecciones, supo encontrar un camino hacia un país distinto al que veníamos transitando, un país con cambios trascendentales que revolucionaron la forma de ver la gestión política. No tengo dudas que el valor más significativo que tuvo el ex presidente fue el de animarse a hacer cosas que quizá los manuales de economía o política lo desaconsejaban por ser impropios e incompatibles con el accionar que un presidente debe tener. Y en eso, Néstor fue fiel su idea y obro en consecuencia. Esta forma de gobernar, por momentos un tanto autoritaria a mi entender, fue lo que hizo que hoy Kirchner sea visto y valorado como el presidente que no se dejo llevar por las recetas impuestas y gobernó en función de sus ideales. No soy ni he sido Kirchnerista, prefiero seguir enrolado entre los independientes, pero debo reconocer el mérito de este presidente que casi con la terquedad de una mula cuando se empaca, avanzo a los golpes en el modelo de país que imagino. Todavía quedan muchas deudas pendientes, habrá que darle tiempo y apoyo a la presidenta para que se ocupe de todo lo que falta por hacer.

domingo, 24 de octubre de 2010

Nunca más

Mariano Ferreyra una víctima más de la violencia irracional
Que terrible, que devastador, que inhumano y aberrante fue lo sucedido hace unos días en la zona de Barracas. Otra muerte injusta de un joven inocente y un montón de secuelas que quedaran  marcadas en los cuerpos y en las familias de quienes fueron víctimas de un incomprensible rapto de violencia, desmesurado y absurdo. Nada ni nadie podrá reparar el daño, el dolor y sufrimiento causado, ni siquiera la justicia más expeditiva podrá compensar la perdida de un hijo, la desaparición  total de una vida humana, la destrucción instantánea de un proyecto de vida, la negación a construir un futuro.

Cuando a manos de la barbarie más salvaje e irracional se arrebata una vida humana cualquier adjetivo o calificación queda corta, incluso hasta suena irrelevante, porque las palabras por más sinceras que sean, por más elocuentes o por más sentidas, no alcanzan para mitigar la profunda pena que causa la muerte de un ser querido. Son solo eso, palabras, pensamientos, discursos que en medio de la tragedia pretenden aplacar aunque sea por un instante el llanto que se hace mar en la pelea por superar el irreparable robo de un ser humano que quería  vivir, que merecía vivir y que unos salvajes no se lo permitieron.

Lo que aquí expreso quizá no sirva de mucho, pero manifestarme a través de las letras es lo único que se hacer bien, por eso, con la humildad de alguien ajeno a los hechos pero cercano en el corazón, es que pongo estas breves palabras, para que al ser leídas  puedan llevar un poco de paz a quienes sufren las dolorosas consecuencias de un hecho brutal que no debe repetirse nunca más.