sábado, 15 de diciembre de 2012

Masacre en New Town

La naturaleza del escorpión

Una madre llora desconsolada la muerte de sus hijo
Sucedió otra vez, la misma historia se repite, es como revivir Columnbine, Virginia, Portland, Denver. Es refrescar mas niños muertos, criaturas inocentes que no tuvieron tiempo de comprender que era lo que les estaba sucediendo.
Por mas que le busquemos la vuelta o intentemos encortar una respuesta lógica a tanta sin razón, no las hay. Es un mal enquistado en una sociedad infestada por la fascinación a las armas, en una sociedad gustosa de la violencia, adicta a un narcisismo enfermizo,  y moralmente reprimida. La locura y la paranoia son parte de ese cóctel que es el grueso de la población Norteamericana. 

Son el primer mundo, eso dicen, pero están muy lejos de serlo, con matanzas  como la ocurrida New Town en Conecticut,  solo pueden ser los campeones de la muerte, los primeros en causar el mas terrible dolor a personas que quizá, intenten vivir ajenas a este devastador mal y que hoy se encuentran destrozadas.
Pero la culpa  no es  de quien se cargo con 27 vidas y se llevo también la de él, la culpa es de un sistema que genera ezquizofrénicos desenfrenados y  encima les da las armas para que las usen.
Seguramente seguiremos viendo mas masacres en colegios, shoppings o cines, es un problema sin solución, porque como en el cuento del la rana y el escorpión... esta en su naturaleza.