sábado, 26 de agosto de 2017

Nisman, una caso del Universo cuántico.

La mecánica cuántica describe cómo cualquier sistema físico, y por lo tanto el Universo en su conjunto, existe en una diversa y variada multiplicidad de estados. Estos estados posibles se explican de manera practica y simple con el experimento que propuso el austriaco Erwin Schrödinger en 1935 con la famosa paradoja de Schrödinger. Para ello, propuso un juego mental que muestra lo desconcertante y aleatorio que es el mundo cuántico y lo hizo de la siguiente manera: 

Imaginemos un gato dentro de una caja completamente opaca. En su interior se instala un mecanismo que une un detector de electrones a un martillo y, justo debajo del martillo, un frasco de cristal con una dosis de veneno letal para el gato. Si el detector capta un electrón activará el mecanismo, haciendo que el martillo caiga y rompa el frasco.
Una vez que se dispara un electrón, por lógica, pueden suceder dos cosas. Una que el detector capte el electrón y active el mecanismo. En ese caso, el martillo cae, rompe el frasco y el veneno se expande por el interior de la caja. El gato lo inhala y muere. Al abrir la caja, encontraremos al gato muerto. O puede que el electrón tome otro camino y el detector no lo capte, con lo que el mecanismo nunca se activará, el frasco no se romperá, y el gato seguirá vivo. En este caso, al abrir la caja el gato aparecerá sano y salvo. 
Esta singular paradoja del mundo cuántico da como resultado que el gato, esté vivo y muerto a la vez, y que ambos estados sean igual de reales y que solo al abrir la caja podamos saber cual es el verdadero estado en el que se encuentra el gato.

El caso de la muerte del fiscal Alberto Nisman ha entrado en esta suerte de paradoja cuántica, pues hoy su estado en relación a las causas que determinaron su deceso, son tan inciertas como lo que le sucede al gato dentro de la caja. La realidad es que actualmente la figura de Nisman navega en la incertidumbre de si fue asesinado  o se suicido y solo develaremos el misterio cuando podamos abrir el recipiente en el que se encuentra. 
La sustancial diferencia  con el experimento del gato vivo y muerto es que abrir la caja en donde se encuentra Nisman y determinar cual es su verdadero estado no es tan simple.

En el caso Nisman la aleatoriedad en la que se basa la mecánica cuántica ha sido reemplazada por el principio de acción y reacción, lo que a la luz del tiempo transcurrido, ha aumentado el concepto de caos. La paradoja no está en saber si la bala que mato al fiscal fue disparada por puro azar como sucede en la mayoría de los hechos dentro del Universo cuántico o si fue dirigida intencionalmente, sino poder desentrañar cual de estos dos nuevos estados en el que flota la figura del fiscal Nisman es el correcto. 
Por ahora reina la incertidumbre y al igual que en un experimento teórico de laboratorio lo fáctico esta lejos de ser probado y la conjetura se presenta como  la principal respuesta.