Nacidos para matar
La situación en medio oriente es un polvorín a punto de estallar. La supuesta masacre ocurrida en Siria con gas Sarín por parte del presidente Bashar al- Assad puede ser el detonador que lo haga explotar. Como en toda guerra que termina en un conflicto generalizado, siempre existe una causa, justa o no, que se trasforma en la excusa del ataque, la invasión o el bloqueo.
El señor Obama, en un acto propio de esa Nación, y haciendo gala de la arrogancia que siempre ha caracterizado a los presidentes de Estados Unidos, pretende invadir a Siria. Quiere ser el adalid de un pueblo amante de las guerras y las armas, que lo obliga a una suerte de "justicia personal" en pos del bien de la humanidad. Su racionalidad, si es que la tiene, se ve opacada por las fuerzas superiores que dominan su país, y que no le dejan otra alternativa que la de actuar en consecuencia. No es una una cuestión de hombres, es una cuestión de genes. Estados Unidos es una nación concebida genéticamente bajo un sistema de dominación, en donde la guerra es parte su propia naturaleza. Los hombres que pasan por la Casa Blanca no son otra cosa que engranajes de un sistema económico, social y político que vive de entrometerse en otros países, que lucra con las ventajas de estar siempre en un constante estado belicoso. La idea de "salvadores del mundo" no es mas que una triste máscara, en la que se esconde un oscuro mandato. Hacer la guerra esta escrito desde su fundación como Nación. Ningún presidente de Estados Unidos, por mas Nobel de la Paz que tenga puede escaparle a ese inexorable destino. Esta mas allá de sus propias iniciativas, de sus ideas sobre el bien de la humanidad. Deben cumplir las ordenes, son títeres manejados por otros, que quizá nunca conozcamos o si... ¿banqueros, empresarios poderosos, traficantes de armas?
Las consecuencias de una masacre a inocentes con gas Sarín por parte del gobierno Sirio y una respuesta de los Estados Unidos mediante una invasión a ese país, pueden ser graves para el planeta. Las posibilidades que se desate una tercera guerra mundial son muy altas. Lamentablemente el mundo se mueve en esta sintonía de locura. Habrá que ver si la razón prima sobre esas fuerzas oscuras y logran torcer los designios ya establecidos, si eso no sucede... que Dios nos ayude.
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