Avances y retrocesos
Hoy les voy a hablar de medicina, si de medicina. No,
no soy médico, pero eso no hace al fondo de la nota, porque en realidad no voy
a hablar de enfermedades, sino de ciertos aspectos que rodean a la
medicina y como la misma y el principal componente humano que son los médicos,
han ido cambiando a lo largo de los años.
Si me basara estrictamente es estadísticas, es decir en números, uno puede asegurar que gracias a los avances realizados en la medicina el ser humano vive más años. Esto es un hecho que no puede discutirse. A principio del siglo 20 el promedio de vida era de aproximadamente 60 años, y hoy podemos hablar que ese número se incrementó en más de un 20 %, hoy nuestra vida media ronda los 80 años promedio. Este singular aumento en la prolongación de los niveles medios de vida, se debe a los grandes logros que la medicina ha ido incorporando en materia de tecnología, medicamentos y enseñanza a futuros médicos.
El descubrimiento de los antibióticos como el de muchas vacunas ha sido fundamental para elevar el número. Lo que antes era una muerte segura, hoy se cura fácilmente con solo tomar antibióticos durante una semana. Por otro lado la mejora en las herramientas de diagnóstico temprano como ecografías, tomografías, resonancias, perfusiones miocardicas, etc. han permitido que muchas enfermedades que antes permanecían ocultas hasta causar la muerte de la persona, hoy puedan ser detectadas con la anterioridad suficiente para elaborar un diagnóstico y su posterior tratamiento, reduciendo así la tasa de mortalidad de un sinnúmero de patologías graves.
Desde el año 2001 cuando el proyecto Genoma humano mostró sus conclusiones al mundo, las perspectivas de sanar enfermedades a través de la medicina genética ha abierto un campo de trabajo insospechado y en la descifración de nuestro mapa genético puede estar la llave que nos lleve a un futuro con mayor control sobre ellas.
Pero no todo es color de rosa. El avance de la medicina trae consigo algunos males que son inherentes a todo proceso de masificación, estandarización y comercialización dentro de un mundo que constantemente se la pasa mirando su propio obligo. Los altos costos que las nuevas formas de ejercer la medicina tienen resultan ser inaccesibles para muchas personas que no cuentan con los ingresos económicos suficientes como para afrontarlos, en muchos casos impagables gastos médicos. O porque son desocupadas y no cuentan con un seguro médico u obra social, o porque viven en lugares remotos donde la nueva "revolución" medica no llega y difícilmente lo haga. Y ni hablar de toda la industria farmacológica, la cual constantemente está generando nuevos fármacos que lo único que hacen es paliar la sintomatología. Porque de curar poco y nada. Es como que a partir del siglo 20 en adelante el dinero y el negocio fue imponiéndose a los principios básicos que movieron a Louis Pasteur, Albert Sabin y Jonas Salk entre otros, para entrar en una feroz guerra de patentes y negociados económicos a costa de los enfermos.
En la actualidad uno va al médico y ni siquiera lo revisa, solo le pregunta cuál es el problema que lo trae por la consulta, le pide que describa los síntomas, algo que muchas veces uno no sabe cómo explicar, una vez terminada nuestra exposición los más probable es que pida estudios. Cero empatía, cero calidad humana. Los médicos de ahora, a diferencia de los de antes, atienden despojando el ser persona del cuerpo y el espíritu. No hacen una evaluación de la dolencia en relación al todo, lo hacen poniendo atención al síntoma, y para el síntoma siempre hay una pastilla o un estudio.
La medicina alopática moderna ha ganado en avances tecnológicos y de diagnósticos, lo que ha permitido una significativa disminución en la edad de mortalidad, pero ha perdido en la relación médico - paciente. Se ha vuelto más fría, más despersonalizada y en algunos casos poco abierta a la utilización de medicinas alternativas como terapia de apoyo. "El dogma por sobre el enfermo" parece decir el axioma de la medicina moderna.
El ser humano es tan complejo que desentrañar todas y cada una de sus actividades biológicas, fisiológicas y químicas, en especial la relacionada con la química cerebral, se vuelve en apariencia un tanto difícil de dilucidar. Hoy sabemos más de enfermedades que en el siglo pasado, pero sabemos poco sobre sus reales causas. ¿Qué hay del cáncer? Su aparición en una persona sana sigue siendo un enigma del cual la medicina tradicional aún no tiene respuestas. En este sentido la mayoría de los avances científicos están abocados a destruir el tumor y no a encontrar el por qué se produce la enfermedad.
Un viejo proverbio dice "no existen enfermedades existen enfermos" quizá sea este el camino en el cual se deba centrar la medicina actual, estudiando y atendiendo a médicos como el recientemente fallecido Dr. Ryke Geerd Hamer de la nueva medicina germánica o a la milenaria medicina China,. Ambas medicinas, como muchas otras, entienden la manera en que ciertos factores biológicos propios de nuestro cuerpo actúan frente a desequilibrios emocionales provocando la mayoría de enfermedades que hoy conocemos.
Creo que si la medicina actual entendiera más al paciente y no tanto al síntoma y buscara en la persona en su conjunto, trabajara conjuntamente con los avances genéticos y experimentara más con medicinas alternativas, las mismas con las que curaban nuestros antepasados, las expectativas de vida serían mucho más altas que las actuales y el ser humano podría llegar casi a la inmortalidad.