martes, 23 de diciembre de 2014

Elecciones 2015

Entender por donde empieza el cambio

El mundo sigue igual. Asesinatos, dolor, hambruna, guerras, pestes y muchas otras calamidades son moneda corriente y la verdad que me harté de escribir  sobre de este conjunto de atrocidades, porque por más que uno se exprese desde la pura razón, las cosas parecen no tener el menor atisbo de solución. Sabemos que el mundo esta mal y nadie se preocupa por encontrarle el remedio, si es que existe.

Así, que viendo que a la mayoría le importa un pito los ríos de sangre humana, animal y vegetal que corren por el planeta, he decidido despacharme con otras cuestiones mucho más locales. Voy a escribir sobre los políticos Argentinos y  las próximas elecciones que se avecinan el año entrante. 

Menudo tema en el que me he metido, ya que como no soy capaz de ayudar mediante mis palabras a reparar los daños que le venimos causando a nuestro planeta, por lo menos intentaré mejorar la calidad de vida de nuestro país con un modesto artículo sobre lo que entiendo y creo, debería hacer el próximo político que llegue a la presidencia. Quizá, empezando con algo pequeño, los demás adhieran a la noble causa, aunque más no sea por snobismo, y contribuyan a un futuro mejor. 

¿Pero cual seria esa noble causa que nuestros políticos candidatos a presidente deberían prestar atención? ¿Hay algo por hacer? ¿Hay algo que no se hizo? ¿Cuáles serían las cosas que quien se siente en el sillón de Rivadavia el año que viene debería hacer de forma urgente y prioritaria?

Haciendo un balance de estos diez años de gobierno Kirchnerista, tengo que ser sincero y reconocer que fueron muchos los logros realizados, pero también muchas las cosas que quedaron en el camino. Es lógico, ningún Gobierno es perfecto, ningún Gobierno es infalible, ningún Gobierno es para siempre. La realidad indica que en esta década ganada como dicen muchos o perdida como dicen otros tantos, hubo cosas que se hicieron y muy bien y hubo otras que no.

Estamos a las puertas de elegir a un nuevo Presidente que traerá consigo seguramente un nuevo "modelo", esto de modelo no me gusta mucho porque me hace acordar a Cavallo, junto a esta nueva cosmovisión política, quien  tome el timón de este "barco bamboleante" pero de excelente flotabilidad que es la República Argentina, deberá ser lo suficientemente inteligente  para interpretar la realidad en la cual estamos hoy inmersos, pero a su vez reconocer que no todo se hizo mal, que hay muchas cosas por mejorar, pero que también otras que están bien y que deberían mantenerse. ¿Difícil no? en especial con una casta de políticos adeptos a destruir y construir de cero. Son como el general Romano Escipión que luego de arrasar, saquear y quemar Cartago hasta los cimientos en el año 147 AC en la tercera guerra Púnica, paso el arado y sobre esa tierra fertilizada con la sangre de los Cartigineses, sembró trigo. 

Seguramente el que se lleve el voto de la mayoría ciudadana el 30 de noviembre de 2015, no pasará el arado, pero es probable que de un giro al timón de 360º  y el país se vea otra vez en el inicio de un nuevo ciclo, casi como en el juego de la OCA cuando los dados indicaban que debíamos volver al punto de partida. Esta claro que la política no es un juego y el azar no debería ser parte de esta práctica cívica, pero muchos de quienes hoy apuestan a entrar en el bronce de la Casa Rosada, parecen querer seguir el camino de sus anteriores, que desde  1983 a esta parte, no han hecho otra cosa que cambiar el estado de las cosas según su óptica.

Sea cual fuera su ideología, sería importante que quien asuma la conducción de nuestro país, venga con otra visión de lo que significa ser Gobierno. Ser Gobierno no es apropiarse de todo y hacer lo que le venga en ganas, ser Gobierno es poner por delante los intereses del país por sobre los propios o los partidarios y aceptar que el que se va, deja cosas buenas además de malas y que aquellas que estuvieron bien hechas, deben ser respetadas y mantenidas, solo así, en ese constante aprendizaje de pasarse la posta unos a otros con los aciertos y con los errores, vamos a encontrar el sentido como Nación, ese que muchas veces perdemos de vista por creernos los más sabiondos del mundo, los que entendemos de todos los temas y por eso nos arrogamos de omnipotencia.

Aquellas preguntas del inicio encuentran respuesta con solo mantener lo bueno que se hizo y cambiar lo malo que se ha hecho. ¿Será este el tiempo o habrá que esperar que otro gobierno asuma en el 2019?

martes, 22 de julio de 2014

Ataques Israelíes en la franja de Gaza

Una herida cada vez más grande

Un niño Palestino llora desconsolado la muerte de su madre.
No quería escribir sobre este tema, me rehusaba sistemáticamente. Mi mente y mi cuerpo, quizá como una manera piadosa de protegerme hacia que me callara, que no hiciera nada, que dejara pasar esa foto terrible, esa noticia espantosa y sin sentido. Pero la necesidad de expresarme ante tanto dolor ajeno pudo más que el auto reflejo protector. Es por eso que estoy escribiendo estas lineas, es por eso que quiero decir lo que realmente siento. 

Las terribles imágenes provenientes de la zona de Gaza son tan abrumadoras, tan espeluznantes y tan devastadoras que me obligan a reflexionar, como ya lo he hecho en otras oportunidades, sobre la urgente necesidad de torcer esta locura. La vida, ese preciado bien que tenemos los seres vivos, esta siendo menoscabada al punto de ni siquiera tener el valor simbólico de la lucha por un ideal. Las matanzas son tan indiscriminadas, tan inhumanas que el conflicto por el cual  se disputa es un mero espejismo. 

La consigna es matar por el solo hecho de acabar con el otro, de terminar con su existencia, de aniquilarlo. El estado de Israel quiere reducir a polvo, huesos y sangre a los Palestinos. No tiene otra idea en mente. Ya lo dijo la diputada de Parlamento Israelí Ayelet Shaked "Hay que matar a las madres de todos los terroristas Palestinos"  Y eso es lo que esta haciendo el gobierno de Benjamín Netanyahu. Aniquilar, borrar de la faz de la tierra a toda una raza, a una milenaria cultura. Aquí no se trata de quienes son los buenos y quienes son los malos, se trata de exterminio. Si, de EXTERMINO.

No podemos permitir que esta crueldad  continúe, debemos actuar, del modo que sea, como se pueda, ya sea escribiendo, como mi caso, o participando de otra manera. Pero ya es hora de vencer los miedos, de dejar de hacer la vista gorda, total mi vida, mal o bien, sigue adelante, estoy a miles de kilómetros de distancia y el los que mueren nada tienen que ver conmigo. Trabajemos para vencer ese pensamiento del "no me importa", porque un ser humano que muere en semejantes condiciones, sea adulto o niño es una herida que no cierra en el mundo, y el mudo, es nuestro lugar, es nuestro espacio, nuestro hogar. 

Todos somos hermanos, venimos de un mismo origen, somos de la misma especie. ¿Qué nos está pasando entonces? ¿Por qué buscamos matarnos entre nosotros? ¿Qué nos lleva a esta locura sin fin? ¿Un pedazo de tierra yerma? La paradoja está en que compartimos un mundo con todas sus variantes, su gente y sus culturas  y nos estamos matando por una porción de él.

Mucho o poco lo que se haga espero sirva para concientizar a quienes tienen la posibilidad de cambiar esto, de los contrario, estaremos condenados como humanidad y va ser muy difícil cerrar una herida cada vez más grande.

viernes, 14 de marzo de 2014

Zombie fest

Simulaciones y máscaras
Zombie fest 09/11/2013 Córdoba, Argentina. Fotografía
Noelia González
En noviembre del del año pasado la ciudad de Córdoba se vio invadida por una horda de zombies, monstruos y otras extrañas criaturas salidas del mismísimo infierno. Cientos de jóvenes coparon con su particular presencia, las calles del centro Cordobés, y de alguna manera, le pusieron un toque de cierto encanto macabro al pálido día. Era la perfecta conjunción entre horror y fiesta. 

Ese día, una intensa lluvia destilaba las temperas rojas, los tintes negros caían como grotescas lágrimas sobre los rostros pintados, descascaraba los maquillajes caseros y teñía de un halo perturbador los trapos desgarrados de las vestimentas. Los muertos vivos por un momento fueron dueños de las calles, de las plazas, de los espacios públicos y compartieron parte de su desesperanza con el resto de los mortales, que no siendo parte del fenómeno, se dejaron llevar por su locura frenética y acompañaron su espeluznante marcha.

La ponderación y exposición social de esta contra cultura, o nueva cultura, si se quiere, abre una serie de preguntas acerca de cual es el sentido de querer ser un zombie una vez al año y por qué este inusual, pero creciente fenómeno de masas, cada vez tiene mayor interés por parte de los jóvenes, niños e incluso adultos, no solo en Córdoba, Argentina, sino en todo el mundo.

La respuestas a algunos de esos interrogantes la encontraremos quizá en la sociología del francés Jean Baudrillard, expresada en su libro "Cultura y simulacro" (Baudrillard, Jean. Editorial Kairós 1978) y a través de la psicología social de Erving Goffman en su libro "La representación de la persona en la vida cotidiana" (Goffman, Erving, editorial Amorrortu Bs. As 1959)

Baudrillard, desarrolla la teoría del simulacro como un fenómeno que atañe a las sociedades contemporáneas y que se caracteriza por el surgimiento de la hiperrealidad, la simulación y la confusión entre signo y sentido, además de otros aspectos como la problemática de la ciencia que pierde su objeto de estudio y la perdida de lo divino a través la iconografía.  Para Baudrillard, la televisión y los medios masivos de comunicación son una especie de "código genético" que nos conduce a la hiperrealidad.

Por su parte Goffman  nos habla de las representaciones humanas como una forma de actuación ante los demás en donde la fachada es aquella que utilizamos a diario y constantemente estamos modificando, según sea nuestro rol social. Goffman utiliza el termino actuación para referirse a toda actividad de un individuo que tiene lugar durante un periodo señalado por su presencia continua ante un conjunto particular de observadores y posee cierta influencia sobre ellos. "La fachada, entonces, es la dotación expresiva de tipo corriente empleada intencional o inconscientemente por el individuo durante su actuación".

El fenómeno de la "zombificación" por parte de un sector de la sociedad actual, no es otra cosa que la simulación de un estado de cosas, aprendidas, vistas y reinterpretadas, dentro de un marco de hiperrealismo, el cual conduce, en términos de Baudrillard, a la anulación del objeto por su propio reflejo. El "no muerto", ese que camina y  toma las calles, no es otra cosa que la anulación del muerto resucitado, que cae victima de la simulación y es despojado de toda conexión con su esencia.

Como toda manifestación de expresión que surge dentro del seno de una sociedad, la zombie fest refleja una necesidad incompleta, aquello que no esta presente o no tiene la entidad suficiente. Su aparición, hace algunos años, viene a cubrir los espacios que otros actores sociales no supieron o no quisieron ver en el segmento de los adolescentes, quienes aglutinados en las redes sociales, salen a manifestarse bajo la simulación de un muerto viviente, o para ponerlo en palabras de Goffman, dejar las máscaras de hijo, estudiante, madre, padre, para calzarse la de zombie, aunque mas no sea una vez al año.

sábado, 8 de marzo de 2014

La sociedad líquida

La liviandad como estandarte

Es un hecho innegable que los procesos de interrelación que se dan en el seno de una sociedad moderna se están modificando para peor. Hoy estamos frente a un fenómeno social que está cambiando la vieja concepción de las sociedades gregarias y organizadas, donde el orden era parte del ímpetu renovador que movilizaba al colectivo humano hacia una superación como especie, para imponer un nuevo paradigma. Sin embargo, el cambio está encaminado en una dirección contraria a la mencionada.

Las sociedades actuales basan sus principios rectores en nuevos valores mucho más "light", por así decirlo, donde todo el tejido social se ve invadido por un concepto de licuación que disuelve cada uno de los sustratos y los aspectos motores que una sociedad necesita para mantenerse en el tiempo.

Actualmente todo lo inherente al contenido social resulta prácticamente intangible. En este nuevo modelo de sociedad parecen no existir las diferencias entre lo bueno y lo malo, entro lo correcto y lo incorrecto, entre lo ético y no ético. Todo está impregnado de un relativismo espurio, signo característico de la posverdad.

Esta licuación de los parámetros que rigen un orden necesario está respaldada por un discurso que apunta a la libertad individual como principal valor a tener en cuenta. Esta focalización, en donde se apoya el modelo social actual, es a mi entender, un punto de partida equivocado.

Las libertades individuales deben ser parte fundamental de cualquier núcleo social, pero no el único. Existen otros componentes que deben ser partes indiscutibles dentro de una sociedad y que garantizan que esas libertades individuales puedan ser ejercidas.

Al priorizar el concepto de "hago lo que quiero porque soy un ser libre e independiente" se está violando el propio principio de la libertad individual, pues al hacer lo que se quiere se infringen espacios y se restringen las libertades de los demás ciudadanos. ¿Qué sucedería si todos nos creyéramos con el derecho a hacer valer lo que creemos es nuestro valor primordial?

Este nuevo ejemplo de sociedad, en el que nos encontramos inmersos, tiene cierto grado de egoísmo al poner en primer lugar el deseo individual por sobre el colectivo. Es una sociedad que no sabe a dónde mirar, que no encuentra una luz al final del túnel. No hay un modelo a seguir; y eso no es bueno de cara a un futuro. No reconocer la gravitación de los valores es no entender la idea fundante que debe regir a una sociedad estable y saludable.

Es un hecho lamentable que los jóvenes actuales tamicen la realidad que los rodea a través del filtro que impone la liviandad con la que hoy se mira, porque eso les da una visión sesgada y distorsionada de las cosas y no les permite el discernimiento creativo y productivo que se necesita para crecer como conjunto.

Los medios también hacen su aporte

En este proceso de licuación de valores, los medios de comunicación masiva han contribuido bastante para que esto sea así. La realidad esta tan mediatizada, que es difícil no percibirla si no es a través de los medios.

Como se sabe los medios de comunicación son formadores de opinión y por lo tanto moldean al componente humano de acuerdo con sus intereses y necesidades. Este comportamiento inapropiado por parte de los medios en el manejo de la información no ha hecho otra cosa que cimentar más el concepto de licuación en el que vivimos actualmente.

Muchos jóvenes de hoy se identifican con lo que ven u oyen a través de los medios, los que los pone en un estado de vulnerabilidad perceptiva. La idea de rapidez, de inmediatez, está constantemente presente frente a los ojos de la juventud actual y forma parte del principio conductor de sus vidas. Todo a su alrededor les propone el menor esfuerzo posible, desde una publicidad que muestra el fácil acceso al producto, hasta una serie de programas en donde la liviandad parece ser el principal componente.

La necesidad de un nuevo paradigma

Toda sociedad es dinámica y por lo tanto necesita de cambios en sus estructuras para poder expandirse y mejorar. Después de años de Dictaduras (tanto militares como civiles) de fuerte sesgo doctrinario y confesional, que no dejaba casi nada fuera de las pertinencias del Estado (hasta la vida personal del habitante), el arribo de la Democracia causó un relajamiento que, si bien era necesario, no se atinó al principio a conducir adecuadamente.

No habría sido un descuido, sino que las fuerzas doctrinarias que habían sostenido a las dictaduras no se habían retirado del todo de la escena política ni se habían desacreditado lo suficiente para no tener peso. Intentar una progresiva liberalización sin caer en el relativismo no habría sido posible entonces.

El entramado social, al igual que un organismo viviente, ha ido haciendo ajustes y purgas inevitables y esa libertad original, termino convirtiéndose en una especie de relativismo del que se desprende hoy esta idea de que da lo mismo cualquier cosa.

Es tiempo de iniciar el camino hacia el cambio de un nuevo paradigma, pero para que esa modificación sea sustentable a largo plazo es necesario partir de un reconocimiento de los valores, tanto de aquellos valederos que se han perdido como de los nuevos que ofrecen una legítima alternativa de futuro.

A su vez se impone poseer claros objetivos colectivos y emprender un modelo de sociedad a seguir, que postule sus argumentos no desde el adoctrinamiento, sino desde la aceptación íntima de los miembros de la sociedad a la que pertenecen.

lunes, 3 de febrero de 2014

La mujer objeto

Un mal social que todavía existe.


Vivimos en un mundo machista. Desde sus orígenes el rol de hombre dentro las sociedades ha sido y es predominante, incluso si lo analizamos desde el punto de vista de las religiones, Dios tiene una fuerte entidad masculina.

La personificación de Diosas como Eras, Afrodita y Ateneas en la tradición Griega o Kali en la cultura  hindú han quedado relegadas al aspecto mitológico exclusivamente, imponiendo así el concepto de un Dios encarnado en un hombre (masculino). Jesús de Nazareth es quizá el caso más paradigmático como representación del Dios Jehová en la tierra.

Desde los inicios, las distintas razas y sociedades se han ido formando alrededor del macho, incluso en el reino animal esto es común. Hay algunas excepciones tanto en los animales como en los humanos en donde son las hembras quienes toman el control de sus pares. Un ejemplo es el de los lobos, en donde el animal Alfa (dominante) es una hembra o algunas tribus de África cuyo sustrato social es puramente matriarcal, pero son las menos.

Esta estigmatización de la mujer es hoy parte de una contracultura en la que el sexo femenino se convierte en un objeto de usos diversos. La mujer es vista en una gran parte de la población mundial, como aquella que está destinada a la reproducción y la crianza, ese sea quizá su sino ancestral y el cual debemos intentar cambiar. Pero existen otros aspectos que hacen que culturalmente la mujer sea percibida como un objeto.



Por un lado están la explotación del físico y la sexualidad como una forma de dominación encubierta. En reiteradas oportunidades asistimos a  fotografías, vídeos, etc., en donde la mujer es exhibida sin ropa, cual mercancía en exposición. Esta manifestación, generalmente consentida y dotada de cierto halo artístico, no deja de ser en el fondo una sutil manera de apropiación, en donde la mujer deja su esencia a un lado para terminar convirtiéndose en un pedazo de escultural carne humana. Quien observa esa fotografía o ese vídeo, no tiene ni idea de lo que piensa y hace esa bella mujer que posa frente a sus ojos, porque en realidad no le interesa saberlo.  El contrato es: "doy dinero a cambio de ver"


La industria del entretenimiento para adultos es sin lugar a dudas unos de los lugares donde la mujer es realmente rebajada, maltratada física y psicológicamente y sodomizada a cambio de una paga. Si bien la mayoría está allí porque quiere, porque le gusta o porque necesita el dinero, no están exentas de recibir maltratos, verse  forzadas a tener relaciones sexuales cuando no están a gusto, etc. Recientemente la ex actriz porno Shelley Lubben y el grupo activista Anonymous mostraron un vídeo en donde las actrices son cruelmente humilladas y obligadas a tener sexo a la fuerza.


La publicidad también utiliza a las mujeres como un camino mercantilista para llegar con el producto al público deseado. No es la primera vez que vemos propagandas de hamburguesas, perfumes para hombres o cremas heladas en donde el rol de la mujer esta desnaturalizado y su iconografía apela burdamente al doble sentido.

En lo que respecta a la cuestión cultural, además de la fuerte pregnancia  reproductiva y maternal, están la de satisfacción sexual del hombre, sustento de la casa y su total sumisión y servilismo doméstico. Esto se ve mayormente en las culturas del medio oriente, en donde el hombre tiene un asentado predominio por sobre la mujer, al punto de golpearla, quemarla, desfigurarla  o incluso asesinarla.

Por suerte, la mujer ha ido tomando posiciones dentro de las sociedades modernas y gracias a años de lucha ha logrado llegar muy lejos. El derecho al voto, el derecho al aborto, a una sexualidad libre y los reconocimientos laborales y profesionales ponen una luz de esperanza en el camino. Todavía quedan muros por derrumbar, todavía quedan tradiciones que aniquilar, mentes que cambiar. Lo bueno es que se va en el camino correcto.

Lo importante es entender y concientizar que no existen diferencias, más allá de las del propio género, entre mujeres y hombres y que si pretendemos vivir en una sociedad más justa y equitativa, es necesario caminar juntos, a  la par y de la mano.