Entender por donde empieza el cambio
El mundo sigue igual. Asesinatos, dolor, hambruna, guerras, pestes y muchas otras calamidades son moneda corriente y la verdad que me harté de escribir sobre de este conjunto de atrocidades, porque por más que uno se exprese desde la pura razón, las cosas parecen no tener el menor atisbo de solución. Sabemos que el mundo esta mal y nadie se preocupa por encontrarle el remedio, si es que existe.
Así, que viendo que a la mayoría le importa un pito los ríos de sangre humana, animal y vegetal que corren por el planeta, he decidido despacharme con otras cuestiones mucho más locales. Voy a escribir sobre los políticos Argentinos y las próximas elecciones que se avecinan el año entrante.
Así, que viendo que a la mayoría le importa un pito los ríos de sangre humana, animal y vegetal que corren por el planeta, he decidido despacharme con otras cuestiones mucho más locales. Voy a escribir sobre los políticos Argentinos y las próximas elecciones que se avecinan el año entrante.
Menudo tema en el que me he metido, ya que como no soy capaz de ayudar mediante mis palabras a reparar los daños que le venimos causando a nuestro planeta, por lo menos intentaré mejorar la calidad de vida de nuestro país con un modesto artículo sobre lo que entiendo y creo, debería hacer el próximo político que llegue a la presidencia. Quizá, empezando con algo pequeño, los demás adhieran a la noble causa, aunque más no sea por snobismo, y contribuyan a un futuro mejor.
¿Pero cual seria esa noble causa que nuestros políticos candidatos a presidente deberían prestar atención? ¿Hay algo por hacer? ¿Hay algo que no se hizo? ¿Cuáles serían las cosas que quien se siente en el sillón de Rivadavia el año que viene debería hacer de forma urgente y prioritaria?
Haciendo un balance de estos diez años de gobierno Kirchnerista, tengo que ser sincero y reconocer que fueron muchos los logros realizados, pero también muchas las cosas que quedaron en el camino. Es lógico, ningún Gobierno es perfecto, ningún Gobierno es infalible, ningún Gobierno es para siempre. La realidad indica que en esta década ganada como dicen muchos o perdida como dicen otros tantos, hubo cosas que se hicieron y muy bien y hubo otras que no.
Estamos a las puertas de elegir a un nuevo Presidente que traerá consigo seguramente un nuevo "modelo", esto de modelo no me gusta mucho porque me hace acordar a Cavallo, junto a esta nueva cosmovisión política, quien tome el timón de este "barco bamboleante" pero de excelente flotabilidad que es la República Argentina, deberá ser lo suficientemente inteligente para interpretar la realidad en la cual estamos hoy inmersos, pero a su vez reconocer que no todo se hizo mal, que hay muchas cosas por mejorar, pero que también otras que están bien y que deberían mantenerse. ¿Difícil no? en especial con una casta de políticos adeptos a destruir y construir de cero. Son como el general Romano Escipión que luego de arrasar, saquear y quemar Cartago hasta los cimientos en el año 147 AC en la tercera guerra Púnica, paso el arado y sobre esa tierra fertilizada con la sangre de los Cartigineses, sembró trigo.
Seguramente el que se lleve el voto de la mayoría ciudadana el 30 de noviembre de 2015, no pasará el arado, pero es probable que de un giro al timón de 360º y el país se vea otra vez en el inicio de un nuevo ciclo, casi como en el juego de la OCA cuando los dados indicaban que debíamos volver al punto de partida. Esta claro que la política no es un juego y el azar no debería ser parte de esta práctica cívica, pero muchos de quienes hoy apuestan a entrar en el bronce de la Casa Rosada, parecen querer seguir el camino de sus anteriores, que desde 1983 a esta parte, no han hecho otra cosa que cambiar el estado de las cosas según su óptica.
Sea cual fuera su ideología, sería importante que quien asuma la conducción de nuestro país, venga con otra visión de lo que significa ser Gobierno. Ser Gobierno no es apropiarse de todo y hacer lo que le venga en ganas, ser Gobierno es poner por delante los intereses del país por sobre los propios o los partidarios y aceptar que el que se va, deja cosas buenas además de malas y que aquellas que estuvieron bien hechas, deben ser respetadas y mantenidas, solo así, en ese constante aprendizaje de pasarse la posta unos a otros con los aciertos y con los errores, vamos a encontrar el sentido como Nación, ese que muchas veces perdemos de vista por creernos los más sabiondos del mundo, los que entendemos de todos los temas y por eso nos arrogamos de omnipotencia.
Aquellas preguntas del inicio encuentran respuesta con solo mantener lo bueno que se hizo y cambiar lo malo que se ha hecho. ¿Será este el tiempo o habrá que esperar que otro gobierno asuma en el 2019?
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