miércoles, 4 de diciembre de 2013

Caos en la provincia de Córdoba

La noche de las bestias


Hace poco se estreno el filme "La purga", subtitulado aquí como "La noche de las bestias". En su argumento se plantea la idea de que en un futuro cercano el estado otorga, con el fin de bajar los índices delictivos, una noche de expiación al año en donde la gente puede tomar las calles y hacer lo que quiera ya que la policía no va a estar custodiando y controlando. Así,  hordas de delincuentes y psicópatas toman la ciudad y realizan todo tipo de destrozos e inclusos sangrientos y violentos asesinatos. Esto que a simple vista se presenta como un argumento mas de la industria del cine y que en principios puede sonar utópico, hoy y a luz de los acontecimientos ocurridos en la provincia de Córdoba, tiene un costado interesante para la reflexión sobre la condición humana y como la ausencia del poder represor que tienen las instituciones a través sus fuerzas de seguridad como son las policías, en este caso provincial, deriva en el descontrol, el caos y la anarquía, que obliga a que una ciudad como la capital cordobesa, quede virtualmente paralizada y dominada por "las bestias", que al igual que en el filme de James DeMonaco, salieron a las calles a saquear, romper, asesinar y destrozar la ciudad.

Es interesante el paralelismo con la película, puesto que indica que existe algo a nivel especie, que nos relaciona directamente con un estado de violencia irracional, quizá algún gen ancestral, primigenio y oculto, no lo se, pero no hay duda que el hombre, entendido aquí desde una perspectiva ontológica, es propenso por naturaleza a desviarse hacia su costado mas violento cuando las restricciones sociales no imperan. La falta de la presencia policial como un mecanismo de represión, parece liberar en algunas personas, un estado de vandalismo incontrolable, que a su vez dispara otro factor de desestabilización, que como en un efecto domino, se extiende hacia individuos, de alguna manera normales, provocando la acción delictiva en masa.


No pienso ponerme a discernir si el problema es del Gobernador de la provincia, de la policía o de Estado Nacional, no es mi intensión hacerlo en este artículo, ya que creo es harina de otro costal como se dice vulgarmente. Comprender quien tiene razón en todo esto es como tratar de resolver la paradoja de quien nació primero, si el huevo o la gallina. Lo importante aquí es razonar sobre la sociedad y sobre la especie y como, en rigor empírico, somo seres sujetos a control permanente. Muchos nos quejamos de que cada vez más vivimos en una sociedad controlada por cámaras de seguridad y que la idea de George Orwell, plasmada magistralmente en su novela 1984 y El gran hermano como ese gran ojo controlador, nos parecen exageradas, anti democráticas y potencialmente represivas, pero lo sucedido en Córdoba, nos habla que como sociedad no estamos preparados para vivir bajo la anomia, que necesitamos ser controlados y vigilados por el estado, aunque no nos guste, aunque nos duela, aunque no lo aceptemos. Como en el filme "La purga", somos solo "bestias", que ante la mínima falta de autoridad, sacamos nuestros mas salvajes y primitivos instintos para expiarlos en un noche de descontrol total.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Maltrato y crueldad animal

Un problema con muchas aristas


La crueldad y el maltrato animal es moneda corriente. Es habitual ver u oír sobre diferentes tipos de abusos a animales. Los hay de todo tipo, desde el maltrato personal o individual, el colectivo o generalizado y el institucionalizado, por llamarlo de alguna forma. Todos, en sus diversas variantes, tienen un denominador común, el desapego a una vida y la violación de sus principios básicos, y ninguno, escapa a la condena que una sociedad libre justa y soberana debe hacerle. Ahora bien, ¿es posible revertir este paradigma? Es una pregunta que puede  tener varias respuestas posibles y esto es según desde donde se mire o se encare el problema. 

Existen hoy a lo largo y a lo ancho del planeta infinidad de tradiciones en las cuales los animales son víctima de tortura, sufrimiento y muerte. Existen también un gran cantidad de animales que son ultrajados y eviscerados en pos de la ciencia y existen otros, que son la gran mayoría, que pasan a ser parte de la cadena alimenticia y de la moda del ser humano y entran en el perverso mecanismo del consumo masivo.

El maltrato "per se", es decir aquel que es ejecutado por alguna persona, ya sea por odio, diversión o ignorancia, es otro de los tipos de violencia animal, pero lo voy a dejar afuera, por ahora de este artículo, por considerar sus causas, a raíces que tienen que ver con otras cuestiones inherentes a la personalidad del agresor o maltratador y ahí ya entramos en el terreno de la psicología, lugar donde por el momento, no me quiero meter. Me voy a centrar en los tres que nombre anteriormente para analizar cuales de ellos es quizá, el primero de los paradigmas que podemos empezar a cambiar.

Según el diccionario la palabra tradición viene del latín traditio, y es el conjunto de bienes culturales que se transmite de generación en generación dentro de una comunidad. Se trata de aquellas costumbres y manifestaciones que cada sociedad considera valiosas y las mantiene para que sean aprendidas por las nuevas generaciones, como parte indispensable del legado cultural.  Una importante porción del abuso y maltrato animal esta anquilosado aquí, en las tradiciones, sobre todo Europeas y que después se trasladaron a América con la conquista. La tauromaquia, la matanza de Delfines en las costas Escocesas como ritual de iniciaron de jóvenes que llegan a la mayoría de edad, el encierro de toros en Pamplona, España, la jinetada, la caza de zorros en Inglaterra y  el rodeo de caballos y toros en América del Norte y del Sur, son algunas de las tradiciones que aún hoy perduran.Todas, están cimentadas en antiguas practicas medievales o anteriores y se basan en el viejo concepto de que todo animal era visto como bestia de carga e inferior al ser humano, y como tal, podía ser abusado a gusto y placer de cualquier persona que tuviera dominio sobre el animal, pues ese comportamiento, hoy repudiable, no era en absoluto mal visto por aquellos tiempos.

Hoy,  muchos países como los que mencione, en especial España, Escocia, México, Ecuador y Colombia, continúan utilizando esas antiguas tradiciones argumentando que se trata de entretenimiento masivo y cultural que hace a su idiosincrasia. En la mayoría, la tendencia de ciertos grupos y personajes es ir en contra del paradigma para intentar torcerlo y reemplazarlo por uno nuevo. Siempre que un paradigma cae otro entra en su lugar.Todavía existe bastante reticencia a los cambios y están llevando tiempo, pero creo, que el punto de la tradiciones sea quizá el mas fácil para vencer, puesto que hay mayor concientización social respecto de rol que los animales tienen hoy dentro de un esquema social y gregario.

El siguiente punto es el que tiene relación directa con la ciencia y el progreso y ahí la cosa se pone mas espesa porque inmediatamente surge una pregunta altamente polémica ¿quien se puede negar a que la ciencia avance en beneficio de millones de seres humanos y en detrimento de unos pocos animales? Lo mas probable es que la mayoría ponga el progreso por delante, sobre todo aquellas experimentaciones que tienen que ver con avances en la cura de enfermedades como el cáncer, la esclerosis lateral amiotrófica o la progeria, por poner algunas dolencias humanas. Entonces el dilema ético se abre en dos direcciones, los que apoyan el avance científico a cualquier precio y los que consideran el bienestar de los animales por sobre el desarrollo de la ciencia. Aspecto este difícil de  dar  vuelta. ¿Si se dejaran de usar animales quienes serían los conejillos de laboratorio? ¿Nosotros los humanos? Imposible. Cualquier comisión de ética profesional le caería encima al científico terminando con su carrera en tan solo segundos.Aquí se impone un cambio de mentalidad que vaya acompañado de otros procesos de experimentación, que por ahora no existen. Quizá en un futuro  no tan lejano, cuando se logre generar masivamente órganos o vida artificial, los animales puedan dejar de ser objetos de laboratorio.

Por último, está el maltrato animal destinado al consumo humano y este es uno los paradigmas mas difíciles de cambiar. La industria del consumo de carnes y derivados de animales aumenta casi en la misma proporción que millones de personas en el mundo se mueren de hambre. Esta singular paradoja hace que la ecuación sea complicada de resolver. Los recursos de alimentos a nivel mundial parecen estar destinados a quienes pueden pagarlo, pero además, no existen programas alternativos de educación sobre el beneficio de consumir verduras, hortalizas, cereales y frutos. Las carnes y sus derivados están en la pirámide la cadena alimenticia. La pregunta es ¿que hacer? La respuesta esté quizá en una contracultura de la alimentación, en un proceso de concientización, que puede venir del veganismo u otros, pero que debe luchar contra una industria extremadamente poderosa, contra grandes mafias organizadas y contra un cambio en el paladar de muchos que no pueden vivir sin su porción diaria de carne. En este punto mi escepticismo es muy alto y dudo, aunque me duela decirlo, que se pueda voltear el paradigma.

Dentro de este punto están las muertes de animales para la industria de la moda. Y aquí si que uno debe ser enfático en esto.Es inadmisible hoy, que aun existan personas que inviertan su dinero y disfruten el uso de abrigos de pieles naturales o de carteras fabricadas con cuero de cocodrilo o serpiente o de objetos confeccionados con marfil. Existen una gran cantidad de alternativas en la fabricación de estos artículos suntuosos que pueden evitar la matanza de Zorros, Armiños, Nutrias, Elefantes y otro animales, por lo que esta práctica es a mi entender, una de las mas condenable.


¿Hay una esperanza? ¿Se podrá poner fin alguna vez al abuso, maltrato y muerte de animales? y mi respuesta es, difícil. Se podrá mejorar en algunos aspectos, insistiendo en la abolición de las viejas tradiciones que tienen a animales como parte de su referencia cultural o étnica. Invirtiendo esfuerzo y dinero en campañas que demuestren que un abrigo de piel no vale la vida de ningún zorro plateado. Articulando mecanismos en los controles de Gobierno que regulen la sanidad animal para que estos no sean maltratados y tratados cruelmente como sucede en casi todos lo casos relacionados con el consumo de carnes y derivados. Empezando a practicar más la idea de que los animales deben estar en estado libre y salvaje y no encerrados en zoológicos o acuarios. Castigando con cárcel a quienes comercian ilegalmente con animales, matan o maltratan por sadismo o diversión  y utilizar  recursos económicos en la búsqueda de nuevas formas para la experimentación científica que tienda a minimizar y posteriormente erradicar el uso de animales.

Ojala llegue ese día y pueda verlo. Aqui algunos links donde poder colaborar con la causa.
https://www.facebook.com/YoAmoYDefiendoALosAnimales?ref=stream&hc_location=stream
https://www.facebook.com/StopVivisection?fref=ts
https://www.facebook.com/IgualdadAnimal?hc_location=stream

sábado, 7 de septiembre de 2013

La guerra y sus intérpretes

Nacidos para matar

La situación en medio oriente es un polvorín a punto de estallar. La supuesta masacre  ocurrida en Siria con gas Sarín por parte del presidente Bashar al- Assad puede ser el detonador que lo haga explotar. Como en toda guerra que termina en un conflicto generalizado, siempre existe una causa, justa  o no, que se trasforma en la excusa del ataque, la invasión o el bloqueo. 

El señor Obama, en un acto propio de esa Nación, y haciendo gala de la arrogancia que siempre ha caracterizado a los presidentes de Estados Unidos, pretende invadir a Siria. Quiere ser el adalid de un pueblo amante de las guerras y las armas, que lo obliga a una suerte de "justicia personal" en pos del bien de la humanidad.  Su racionalidad, si es que la tiene, se ve opacada por las fuerzas superiores que dominan su país, y que no le dejan otra alternativa que la de actuar en consecuencia. No es una una cuestión de hombres, es una cuestión de genes. Estados Unidos es una nación concebida genéticamente bajo un sistema de dominación, en donde la guerra es parte su propia naturaleza. Los hombres que pasan por la Casa Blanca no son otra cosa que engranajes de un sistema económico, social y político que vive de entrometerse en otros países, que lucra con las ventajas de estar siempre en un constante estado belicoso. La idea de "salvadores del mundo" no es mas que una triste máscara, en la que se esconde un oscuro mandato. Hacer la guerra esta escrito desde su fundación como Nación. Ningún presidente de Estados Unidos, por mas Nobel de la Paz que tenga puede escaparle a ese inexorable destino. Esta mas allá de sus propias iniciativas, de sus ideas sobre el bien de la humanidad. Deben cumplir las ordenes, son títeres manejados por otros, que quizá nunca conozcamos o si... ¿banqueros, empresarios poderosos, traficantes de armas?

Las consecuencias de una masacre a inocentes con gas Sarín por parte del gobierno Sirio y una respuesta de los Estados Unidos mediante una invasión a ese país, pueden ser graves para el planeta. Las posibilidades que se desate una tercera guerra mundial son muy altas. Lamentablemente el mundo se mueve en esta sintonía de locura. Habrá que ver si la razón prima sobre esas fuerzas oscuras y logran torcer los designios ya establecidos, si eso no sucede... que Dios nos ayude.

sábado, 24 de agosto de 2013

Las raíces del mal

Una matanza digna del libro de  John Kekes


John Kekes en su libro las "Raíces del mal" (Editorial Ateneo)  hace un exhaustivo estudio filosófico sobre cuales son a su entender los orígenes y las causas del mal. El autor establece un esquema de trabajo que reduce cualquier acción mala a un atentado contra el bienestar humano. Este ataque al bien humano consta de tres requisitos: un motivo malévolo del perpetrador, un daño serio y excesivo causado por sus acciones y la falta de una excusa moralmente aceptable y cita algunos ejemplos como la masacre de los Cátaros a manos de la Iglesia Católica durante las infames Cruzadas, el genocidio de los nazis contra el pueblo Judío en la segunda guerra mundial y la tortura y desaparición de persona en Argentina durante la época de la dictadura, sin duda tres ejemplos de pura maldad.

Con 52 años a cuestas uno cree que ya lo vio todo, pero por desgracia en este mundo todavía siguen apareciendo hechos que no tienen una explicación racional. Son esas situaciones que por más que se intente buscar alguna respuesta que explique lo sucedido, el lugar al que siempre se llega es al de un callejón sin salida, que lo lleva a uno al desconcierto, al estupor, la rabia, la indignación y finalmente, a la tan odiada resignación. 

Lo ocurrido en Siria, de ser verdad, porque todavía la información es muy confusa y contradictoria, es una de esas cosas que verdaderamente espantan a cualquiera. Mas de 1700 personas, entre ellos mujeres, niños y bebes, fueron, supuestamente eliminados de manera inhumana por el presidente Bashar al- Assad mediante la utilización de gas Sarín mientras dormían, un hecho realmente aberrante y que recuerda a la matanza realizada a los Kurdos a manos de tirano Sadam Hussein.

Ver las imágenes que se difundieron en las redes sociales y en los medios de comunicación duelen, son realmente terribles, inhumanas, dignas de cualquier película de horror. Es inconcebible que existan aún este tipo de masacres indiscriminadas, despojadas de toda razón y humanidad. Lo que se le imputa al presidente Sirio, de ser cierto, debe estar dentro de los mayores crímenes de la historia mundial y encuadrado dentro los de peores, es decir los denominados de lesa humanidad y  debería ser incluido como un nuevo ejemplo en una re edición del libro de Kekes.





martes, 19 de febrero de 2013

Reflexiones

El dilema de ser un animal de costumbre

Existe una frase que dice "el hombre es un animal de costumbre" , pero ¿que es la costumbre? Según mi entender es todo aquello que implica una rutina. Es todo lo que nos hace bien y nos da placer. Es el mundo que nos rodea y nos da la individualidad, nuestra idiosincrasia, en definitiva es todo aquello que conocemos y que entendemos como propio. Ir  al trabajo, estudiar una carrera, estar en casa, verse con amigos, estar con la persona que uno ama, un sin fin de acciones cotidianas que marcan nuestra relación con la sociedad en la que vivimos.

Uno, como vemos, no  tiene una sola costumbre sino varias. Estas varían, ya que pueden dejar de ser una costumbre cuando se le pierde el interés o la necesidad. Por ejemplo, una persona tiene la costumbre de comer sus comidas con mucha sal, pero después de un chequeo medico, se le informa que por su salud debe dejar consumir ese mineral. Entonces, su costumbre por comer salado,  se convierte en una nueva costumbre, la de comer sin sal. Esto significa que las costumbres son por un lado mutables y por otro pueden ir aumentando o disminuyendo, haciendo que estemos en constante movimiento. Algunas costumbres se van y otras nuevas vienen.

Ahora bien ¿es bueno ser un animal de costumbre? Es acertado para nuestra psiquis construir una vida en base a costumbres? ¿Que pasa cuando la propia inercia del acostumbramiento nos arrastra a lugares en donde la comodidad se transforma mediocridad y monotonía?  ¿Cuales son los riesgos que se corren al vivir acostumbrándonos a todo? 

El ser humano es un animal de costumbre, porque es la forma que tiene de mantenerse seguro, y evitar   así errores y problemas futuros, es parte de nuestro sistema de supervivencia. Aquellos que no pueden adaptarse a  una vida signada por las costumbres, son quienes toman mas riesgos y se animan a mas, salen de lo que los psicólogos llaman la zona de confort,  ese lugar cálido y agradable en donde nos manejamos con amplitud y comodidad, porque  todo lo que allí sucede es conocido y es parte de la rutina que armamos día a día.

Acostumbrarnos, es necesario para el desarrollo psicológico, pues nos da un eje para seguir dentro de un esquema de vida ordenada. El problema se genera cuando ese acostumbramiento se transforma, en un acostumbramiento generalizado y entonces, de a poquito, nos vamos acostumbrando a todo. Aumentan los precios... protestamos los primeros días  pero después  nuestra necesidad de armonizarnos y no desequilibrarnos hace que terminemos aceptando el cambio. Otro ejemplo claro son los piquetes  y cortes de rutas, ya se han hecho tan cotidianos, que terminamos por acostumbrarnos a  tener que vivir en una ciudad sitiada, y algo que un principio era molesto y perturbador hoy forma parte del folclore argentino. Con la violencia pasa algo parecido, muchos ya se han acostumbrado a vivir enrejados y a que los delincuentes estén libres y dispuestos a asaltarlos en cualquier momento. Estamos tan acostumbrados que hasta agradecemos porque no nos mataron y solo se llevaron valores materiales y no la vida.  

Así, es como  poco a poco vamos resignado cosas que antes eran bienes irrenunciables, nuestra libertad, nuestra seguridad, nuestro valores, nuestra dignidad, nuestros derechos. Son aspectos que en el trajín diario pasan desapercibidos, y uno va perdiendo cosas en dosis insignificantes, como en el robo hormiga.
El instinto de sobrevivir y de adaptabilidad como especie es mas fuerte que nuestra capacidad  de respuesta ante estas situaciones de avasallamiento y uno termina conformándose con lo mucho o poco que tiene.

Este es el dilema de ser un animal de costumbre. ¿Y si aceptamos los riegos y rompemos el cerco de la comodidad, la rutina y las costumbres? ¿Que puede pasar? Experimentemos, no dejemos que el acostumbramiento sea una mala costumbre.