La noche de las bestias
Hace poco se estreno el filme "La purga", subtitulado aquí como "La noche de las bestias". En su argumento se plantea la idea de que en un futuro cercano el estado otorga, con el fin de bajar los índices delictivos, una noche de expiación al año en donde la gente puede tomar las calles y hacer lo que quiera ya que la policía no va a estar custodiando y controlando. Así, hordas de delincuentes y psicópatas toman la ciudad y realizan todo tipo de destrozos e inclusos sangrientos y violentos asesinatos. Esto que a simple vista se presenta como un argumento mas de la industria del cine y que en principios puede sonar utópico, hoy y a luz de los acontecimientos ocurridos en la provincia de Córdoba, tiene un costado interesante para la reflexión sobre la condición humana y como la ausencia del poder represor que tienen las instituciones a través sus fuerzas de seguridad como son las policías, en este caso provincial, deriva en el descontrol, el caos y la anarquía, que obliga a que una ciudad como la capital cordobesa, quede virtualmente paralizada y dominada por "las bestias", que al igual que en el filme de James DeMonaco, salieron a las calles a saquear, romper, asesinar y destrozar la ciudad.
Hace poco se estreno el filme "La purga", subtitulado aquí como "La noche de las bestias". En su argumento se plantea la idea de que en un futuro cercano el estado otorga, con el fin de bajar los índices delictivos, una noche de expiación al año en donde la gente puede tomar las calles y hacer lo que quiera ya que la policía no va a estar custodiando y controlando. Así, hordas de delincuentes y psicópatas toman la ciudad y realizan todo tipo de destrozos e inclusos sangrientos y violentos asesinatos. Esto que a simple vista se presenta como un argumento mas de la industria del cine y que en principios puede sonar utópico, hoy y a luz de los acontecimientos ocurridos en la provincia de Córdoba, tiene un costado interesante para la reflexión sobre la condición humana y como la ausencia del poder represor que tienen las instituciones a través sus fuerzas de seguridad como son las policías, en este caso provincial, deriva en el descontrol, el caos y la anarquía, que obliga a que una ciudad como la capital cordobesa, quede virtualmente paralizada y dominada por "las bestias", que al igual que en el filme de James DeMonaco, salieron a las calles a saquear, romper, asesinar y destrozar la ciudad.
Es interesante el paralelismo con la película, puesto que indica que existe algo a nivel especie, que nos relaciona directamente con un estado de violencia irracional, quizá algún gen ancestral, primigenio y oculto, no lo se, pero no hay duda que el hombre, entendido aquí desde una perspectiva ontológica, es propenso por naturaleza a desviarse hacia su costado mas violento cuando las restricciones sociales no imperan. La falta de la presencia policial como un mecanismo de represión, parece liberar en algunas personas, un estado de vandalismo incontrolable, que a su vez dispara otro factor de desestabilización, que como en un efecto domino, se extiende hacia individuos, de alguna manera normales, provocando la acción delictiva en masa.
No pienso ponerme a discernir si el problema es del Gobernador de la provincia, de la policía o de Estado Nacional, no es mi intensión hacerlo en este artículo, ya que creo es harina de otro costal como se dice vulgarmente. Comprender quien tiene razón en todo esto es como tratar de resolver la paradoja de quien nació primero, si el huevo o la gallina. Lo importante aquí es razonar sobre la sociedad y sobre la especie y como, en rigor empírico, somo seres sujetos a control permanente. Muchos nos quejamos de que cada vez más vivimos en una sociedad controlada por cámaras de seguridad y que la idea de George Orwell, plasmada magistralmente en su novela 1984 y El gran hermano como ese gran ojo controlador, nos parecen exageradas, anti democráticas y potencialmente represivas, pero lo sucedido en Córdoba, nos habla que como sociedad no estamos preparados para vivir bajo la anomia, que necesitamos ser controlados y vigilados por el estado, aunque no nos guste, aunque nos duela, aunque no lo aceptemos. Como en el filme "La purga", somos solo "bestias", que ante la mínima falta de autoridad, sacamos nuestros mas salvajes y primitivos instintos para expiarlos en un noche de descontrol total.
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