martes, 27 de diciembre de 2011

Usos en desuso

Siempre escribí mis cosas a mano, guiones, cuentos, poemas, hasta que un día la señora computadora, se apodero de mi mano y ya no pude hacerlo mas. Ahora soy un dependiente de este artilugio maravilloso pero voraz, soy un súbdito rendido ante su teclado y  pantalla. 

Es un lastima que yo, como tantos otros, haya perdido esa magia que encierra la escritura a mano, esa caricia a los dedos que es sostener la lapicera... es mas, si hasta deje de dibujar a mano alzada y ahora lo hago a través la compu.

En fin, los tiempos cambian, avanzan y uno debe amoldarse a ellos. Es la generación de la tecnología, esa que hemos ido forjado a lo largo de todos estos años, esa en donde la inmediatez suplanta al pensamiento, en donde ser "famoso"  no cuesta nada si uno tuvo sus dos segundos de televisión, en donde los vicios y los excesos, remplazaron al vermú y la picada con amigos, o en donde el almuerzo familiar de los domingos fue desapareciendo  por el túnel del tiempo y el olvido.

Me duele mucho que la escritura manual, al igual que muchas otras cosas, este en extinción, pero también me duele y quizá más, que la lectura sea la próxima víctima. ¿A donde terminaremos?

domingo, 11 de diciembre de 2011

Reflexiones

Programados para morir

"Nadie queda para semilla" solía decir mi abuela. Todos somos seres finitos. En algún momento vamos a morir. Sin embargo a lo largo de nuestras vidas tratamos de escaparle al fantasma de la muerte y nos preocupamos por cosas mucho mas improbables como por ejemplo si mantendremos el trabajo, si aprobaremos un examen o si ganaremos la lotería. La muerte es de todos estos enunciados lo único seguro y de lo que no podemos escapar.

Quizá sea esa idea de inmortalidad ancestral, aquella proporcionada por el creador a Adan y Eva antes de que lo desobedecieran, la que nos hace pensar en el final de nuestra vida como algo casi inexistente. Pero la muerte está, existe, es parte del ciclo de cualquier ser vivo y nos proporciona el motor para seguir adelante.¿Que seria de la humanidad si nos supiéramos inmortales? La eternidad suena lindo, pero como decía Fredy Mercury  "quien quiere vivir para siempre". Así, el concepto de la muerte termina convirtiéndose en una  paradoja cuya resolución resulta una incógnita. Por un lado no pensamos en la muerte y por otro nos asusta la sola idea de ser inmortal. Como Nosferatu, el vivir "in eternun" termina siendo una cruel condena y no una bendición.

No soy un estudioso del tema de la muerte ni del envejecimiento, pero si soy un agudo observador de la realidad y de la gente y después de haber visto el proceso natural que significa empezar a envejecer he reflexionado al respecto. Me he dado cuenta que con el paso del tiempo esa idea de inmortalidad que caracterizo a la adolescencia y a la juventud empieza a desaparecer y uno comienza a racionalizar el concepto de que es un ser mortal, al menos en lo que respecta a la vida en este mundo, para ir de alguna manera programando el día y la hora en que es preciso partir. Esto lo veo ahora que mi padre con 85 años a cuestas se esta amigando con la muerte, para de alguna manera dejar esta vida en paz y de la mejor manera posible.


Vivir más de 80 años puede ser para algunos demasiado, para otros puede ser insuficiente y necesitan algunos años más. Eso es algo que cada cuerpo y cada uno de forma imperceptible, irá construyendo. De esta manera, la muerte natural, no hablo de aquella violenta y arrebatadora, se transforma en un esquema mental previamente conjurado en nuestro cerebro que nos indica cuando debemos decir "hasta aquí llegue".

Somos nosotros los que de alguna manera vamos diagramando el camino hacia nuestra última morada. Mi padre en tan solo 5 años fue poco a poco renunciado a distintas cosas y en cada renuncia fue bajando un escalón más hacia su derrotero final. Se fue programando para que paulatinamente la muerte lo encuentre en el momento justo. Este doloroso proceso, no para mi padre sino para quienes seguimos adelante, me hace pensar que la muerte es el resultado entre nuestra mente consiente y de nuestra capacidad para continuar viviendo. Mi padre se canso de vivir y esta buscando su merecido descanso.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Violencia domestica

Cómplices silenciosos


Esta entre nosotros, es parte de nuestra familia de nuestra casa, de nuestro entorno. Muchas veces es servicial, agradable, hacendoso, otras es agresivo, intolerante, irracional y criminal. Esa es su esencia, su cualidad salvaje, su ruptura emocional con la realidad que lo circunda. Algunas veces nos pide a gritos que lo amemos desenfrenadamente y otras nos ignora con el más vil desprecio. Nos tortura, nos retroalimenta con su alma negra, nos asusta con su voz oscura, nos arrincona en el espacio y nos acerca cada vez más al abismo que bordea el infierno. Constantemente cruza el límite, innumerables veces. Entra y sale a su antojo. Hoy es bueno, mañana es malo, hoy te da, mañana te quita. Es el gran manipulador. El que llora desconsolado luego de haber dejado huellas sobre nuestra piel, el que ríe a carcajadas mientras nos desangramos en silencio. Y está ahí, es un extensión de uno, una parte incompleta de nosotros, una proyección de nuestro inconsciente, una realidad que no queremos ver, una  herida abierta que nos estigmatiza y nos aísla.

Y nosotros estamos ciegos a sus golpes, permanecemos mudos ante sus insultos. Pensamos que el equivocado es uno no el otro. Nos vemos culpables, nos sentimos inferiores Nos odiamos y creemos que somos merecedores del castigo. "Es así porque yo soy así" Empezamos a creernos ese discurso siniestro hasta llegar a entenderlo a justificarlo y a perdonarlo. Buscamos ser sometidos, violentados, abrumados, maltratados, vulnerados. Queremos que nos peguen, nos humillen, nos denigren y luego nos abracen y nos besen. Nos gusta eso, nos da placer salvaje, nos aleja de la realidad cotidiana y nos adentra en un terreno peligroso que alimenta a nuestra sangre de adrenalina. Al igual que el otro estamos enfermos porque lo dejamos avanzar sobre nuestro cuerpo y nuestra psiquis. No supimos, o no pudimos, decir basta a tiempo y ahora nos convertimos en suicidas potenciales, en cómplices de nuestra propia muerte.


domingo, 13 de noviembre de 2011

Cáncer. La utopía de lograr una cura

Cuando enfermedad y enfermo se convierten en buen negocio

El cáncer, después miles de años de convivir con los seres vivos, todavía mantiene la impronta de ser una de las tantas enfermedades para las cuales la ciencia médica parece no tener respuestas sobre su verdadera etiología y  menos sobre una eficaz cura. Solo se sabe que es una enfermedad por la cual las células de distintas partes del cuerpo de un día para el otro comienzan a comportarse de manera "alocada" y se reproducen sin control, provocando los característicos tumores. Las causas son desconocidas, pero se piensa que existen distintos aspectos que incrementarían la posibilidad de contraer la enfermedad. La genética y el consumo de sustancias toxicas como la nicotina y una vida poco saludable, están entre los principales factores de riesgo.

Todo lo que se  utiliza actualmente para intentar hacerle frente a esta penosa enfermedad son en realidad paliativos, que lo único que hacen es alargar la agonía del paciente prolongando algunos años más de su vida. Las terribles sesiones de quimioterapia y radiación, no hacen otra cosa que empeorar la calidad de vida al intoxicar al enfermo con químicos más agresivos que el propio tumor o con rayos nocivos para el organismo y debilitar aún más al paciente que termina sucumbiendo, no por el cáncer, sino porque tiene un cuerpo imposibilitado de reaccionar inmunológicamente ante cualquier agente patógeno. ¿Pero esto es realmente así? ¿La ciencia no sabe realmente por que se padece el cáncer? ¿O hay algo más oscuro y siniestro detrás? ¿Se encontrará alguna vez una cura para esta mortal enfermedad?

Durante años me he hecho siempre las mismas preguntas y a medida que he ido creciendo me fui dando cuenta que detrás de este padecimiento, existe un gran negocio, una industria médica, que vive gracias a que miles de personas se enferman de cáncer a diario. Clínicas especializadas en oncología reciben anualmente millones de pesos de las obras sociales por los largos y costosos tratamientos de quimioterapia y rayos a cambio de brindarle al enfermo una muerte en cómodas cuotas. Entonces me viene inmediatamente la respuesta: "La cura del cáncer mediante la medicina tradicional y ortodoxa nunca va ser posible, o mejor dicho puede que se haga posible cuando cambie el paradigma, cosa que por el momento no vislumbro a futuro".

La contra cara del negocio

Existen muchas otras alternativas que pueden mejorar la vida de un paciente enfermo de cáncer, e incluso curarlo, terapias florales, homeopatía, medicina holística, naturismo y hasta la revolucionaria teoría psicoholística del Dr alemán Ryke Geer Hammer, que plantea que el cáncer es la respuesta del organismo a  un hecho traumático que tiene como epicentro nuestro cerebro, quien da ordenes para que se enferme un determinado órgano. Según Hammer, cuando aparece el cáncer es porque ha empezado el proceso de sanación y lo único que hay que hacer es resolver la situación por la cual se ha generado, es decir sanar mente, cerebro y cuerpo. O sea, que, de acuerdo a lo que plantea este médico alemán, todo lo que sabemos y conocemos hasta ahora del cáncer es una verdadera mentira. No es casual que esta teoría no sea ampliamente difundida  por la comunidad médica y que poco o casi nada se sepa sobre este médico.

Un Quijote contra molinos de viento

Si tomamos como valida la idea planteada por Hammer y esta forma de tratar a los enfermos de cáncer, es probable que con los tratamientos psicológicos adecuados y  con dejar que el cuerpo termine de sanar la herida (la etapa en la que el cáncer da síntomas) la enfermedad remita en un par de meses y el paciente se sane sin necesidad de ser sometido a costosos y nada saludables tratamientos. Si esto fuera realmente así, todo este tiempo estuvimos viviendo en una gran mentira, en donde se nos ha ocultado información importante sobre este mal, en virtud de que se siga manteniendo un negocio millonario. Si la realidad no fuera según la teoría del doctor Hammer, creo que igualmente la cura contra el cáncer nunca va aparecer, porque hay muchos intereses en juego alrededor de la enfermedad que son más fuertes que la vida humana. Cientos de laboratorios de drogas oncológicas se verían afectados por la aparición de una repentina cura, lo mismo que las clínicas especializadas en radioterapia. Miles de médicos formados profesionalmente bajo el paradigma actual se encontrarían de un día para el otro sin sus suculentas ganancias económicas y el sistema medico en torno al tratamiento de pacientes oncológicos colapsaría. Como vivimos en un mundo regido por el poderoso caballero "Don dinero" el cáncer, como otras enfermedades que implican toda una costosa infraestructura médica, nunca se van terminar, por lo que Hammer y otros tantos médicos que comparten esta idea o buscan un camino alternativo en la sanación de esta enfermedad están destinados, como Don Quijote,  a luchar contra molinos de viento.
PD ¿Alguien se acuerda del Dr Juan Carlos  Vidal y sus investigaciones sobre la cura de cáncer mediante el uso de crotoxina?



viernes, 21 de octubre de 2011

Globalización

 Un mundo para pocos

El mundo esta cambiando. De eso  no hay duda. La globalización se expande como un mortal cáncer y lo que sucede en cualquier parte del planeta es recibido con apenas unos minutos de delay. La detención y posterior muerte de líder Libio Muammar Khadafi es un claro ejemplo de la interconexión que hoy nos engloba en una especie de enorme vivienda única que se impone a pesar de las enormes diferencias culturales y sociales que nos separan. Hoy todos saben de todos. Nadie esta a salvo de ese ojo avisor que son las nuevas tecnologías. La metáfora de la mariposa que bate sus alas en una parte del mundo y en otra se produce un tifón cobra un sentido profético en estos tiempos.

¿Pero es la globalización algo bueno para la humanidad? Desde el punto de vista informativo, este saber de todos y en todas partes del mundo en el instante en que se produce la noticia, representa el sueño del reportero hecho realidad. Contar con la información "iso facto" y con las imágenes del suceso, puede considerarse de un valor periodístico único. ¿Pero cuales son las consecuencias? ¿Cual es el precio que se debe pagar?
 
Para responder a estas preguntas hay que entender mejor lo que significa y representa la globalización. El aspecto más visible de de este fenómeno es la información y su acelerada difusión. Pero la globalización involucra otras formas, menos visibles y más sutiles, pero no menos invasivas. Me estoy refiriendo a la intromisión de los países más poderosos del planeta y sus empresas multinacionales, en aquellos países menos desarrollados. Estas formas de dominación y control global, son las  que están moldeando y cambiando nuestro mundo de hoy. Las caídas de los regímenes dictatoriales de Sadam Hussein, Hosni Mubarak y ahora Muammar Khadafi, son claros ejemplos de como, tras la fachada inocente de una sociedad única y mundial, se van cimentando las bases hacia una occidentalización del mundo árabe. 

El problema es que estos cambios se están dando de formas muy abruptas y violentas. Guerras internas, revueltas sociales, problemas financieros que afectan a varios países (ver la crisis Griega y sus consecuencias en los demás países de la Unión Europea) son una muestra del poder devastador que tiene la globalización sobre las estructuras sociales y sobre la gente. Miles de personas son víctimas del daño colateral que provoca ser parte de este mundo interconectado y miles más se verán afectadas en un futuro. 
Estar globalizado no mejora la pobreza y el hambre que existe en África o la India por ejemplo, no ayuda a la concientazción del medio ambiente y no baja los índices de delincuencia, por lo tanto cabe preguntarse ¿para que sirve? Y la respuesta es muy simple, para que algunos pocos se adueñen de todo lo que más puedan. Recursos naturales, economías regionales, tierras, identidades, sueños, y el futuro de millones de personas están en manos de quienes,  escondidos detrás del moderno discurso de un mundo más unido, se aprovechan para satisfacer sus deseos más ruines y sus intereses más espúreos.


Sera tiempo de empezar a formar una generación de jóvenes que trabajen para detener el avance irracional de la globalización y evitar de esa forma que muchas idiosincrasias se vean sometidas al artero proceso de tranculturación y obliguen a los líderes mundiales a pensar más fríamente sobre lo que están haciendo y a razonar sobre las terribles implicancias que conlleva la locura de querer ser el dueño del mundo.


miércoles, 19 de octubre de 2011

Grondona reelecto nuevamente

 Otra vez ganó el padrino


Otra vez. Cuatro años más. Nada parece detenerlo. El padrino de fútbol sigue manejando los hilos al mejor estilo película de Hollywood. Ni una cámara oculta ni la orden de un juez pudieron hacer que Julio Grondona, deje de ser el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino. El hombre de hierro se impuso una vez más,  con su poder aplastante, su soberbia y su hábil utilización del miedo ajeno, logro la reelección al frente de la AFA. 

¿Que entuertos oscuros hay detrás del señor Grondona y su séquito de acólitos genuflexos que lo siguen bancando a muerte? ¿Que formas de presión tan fuerte tiene este octogenario señor del fútbol como para intentar callar a quien se le atreva o amansar a otros para que lo sigan indeclinablemente en su camino de ambición y poder? ¿Sera el dinero? ¿Seran los oscuros manejos de la mayoría de los clubes miembros de la Asociación? ¿O sera que el hombre sabe demasiado y es preferible dejarlo que siga como hasta ahora para que no se revuelva el avispero y con ello muchos se pierdan  parte del negocio?
Interrogantes sin respuestas. Lo cierto es que el hombre intimida, aprieta, negocia, amenaza, utiliza su imagen de "kapanga" para  no claudicar ante sus intereses y hasta ahora, el método poco ortodoxo, le ha dado más de 30 años de resultados exitosos.

Hoy dice estar estar enfrentado a muerte con Carlos Avila entre otros... ¿y antes? Parece que la gente se olvida que hasta hace unos años atrás, antes que el Gobierno tomara las riendas de la televisasión del fútbol, el señor Grondona hacía negocios millonarios y sustentosos con el señor Avila, cuando los derechos televisivos los tenía la empresa TyC  de la cual Avila era o es,  uno de sus dueños. Paradojas de un ambiente oscuro y sucio donde el monarca de la pelota sigue impertérrito e inmune a las acusaciones haciendo y deshaciendo las cosas a su gusto. La Afa es hoy un ámbito muy cuestionado y poco transparente, un lugar en donde, si de pesos se trata, no hay amistad que valga., sino pregúntenselo a Maradona.

domingo, 2 de octubre de 2011

La izquierda, anclada en los años setenta


Se vienen las elecciones presidenciales y la izquierda, representada por el emblemático Jorge Altamira logro más de los 400.000 votos que le exigían para poder presentar candidato en los próximos sufragios a realizarse en octubre de este año. A primera impresión uno podría decir que se avisora un prometedor resurgimiento de la izquierda, reflejado en los últimos votos registrados. Lo cierto es que este exponente, expresado en  quienes asistieron a poner su voto en las primarias de agosto, no hace otra cosa que evidenciar que en nuestro país, el movimiento de izquierda sigue teniendo unas cuantas almas que comulgan con sus ideas.

Ahora bien, cabe la reflexión acerca de si lo que propone el partido de Altamira se "aggiorna" a los tiempos que corren o sigue anquilosado dentro las mismas y tradicionales teorías que fundaron el partido hace ya unos cuantos años. Sinceramente no evidencio una evolución, en un sentido estricto del discurso. Sus representantes y el propio Altamira, aún continúan levantando una bandera setentista que, en los tiempos que corren,  remite a un contenido totalmente anacrónico y perimido. Uno de sus candidatos por la provincia de Córdoba, Hernán Puddú, utiliza como emblema de su campaña un afiche en el que reza la siguiente frase: "Que los legisladores ganen  igual que un obrero". Un texto que sin dudas trae escondido una fuerte connotación ideológica que remite a la vieja lucha de clases. "Los poderosos siguen siendo los enemigos del pueblo y por eso se los debe castigar bajándoles el sueldo". 

El punto de esta paradigmática frase es que, como todo lo que  ha hecho y viene haciendo la izquierda  hasta la fecha, nivela para para abajo. La contra frase sería: "Que el obrero gane igual que un legislador" y ahí estaríamos nivelando para arriba, claro que el sentido cambia radicalmente y el espíritu clasista y convativo se derrumba como una torre de naipes. Esta visto que el "staus quo" no se toca

Me parece que la izquierda debería aprovechar este viento a favor que tiene luego de las primarias de agosto y empezar a entender que los tiempos han cambiado, que se pueden seguir las ideas que cimentaron el partido, pero utilizando la inteligencia y la habilidad para adaptarse a un mundo que esta en constantes cambios y que si uno sigue anclado en un discurso formado en los años setenta o presentándose en campaña con discursos como el del afiche, corre el riesgo de quedarse afuera.

domingo, 27 de marzo de 2011

Quiero fama y estoy dispuesto a todo

Famosos eran los de antes


"Quieren fama... la fama cuesta". Esa simple pero efectiva frase se la decía uno de los profesores de la academia a sus alumnos en la  exitosa película "Fama" del director Alan  Parker y era todo un símbolo, porque aquellos aspirantes a bailarines y cantantes, se tenían que pelar el lomo durante años, por no decir otra palabra, para lograr el reconocimiento que tanto anhelaban. Claro, aquellos eran los años 80 y todavía existían algunos valores que sostenían el axioma que dice que "el esfuerzo y la dedicación redunda en beneficios posteriores".

Hoy, a más de 30 años, las cosas están bastante cambiadas y la posibilidad de llegar a la "cúspide" aunque sea por un rato, resulta mucho más fácil e involucra otras cuestiones que nada tienen que ver con el esfuerzo personal o el talento. El pasarse horas ensayando canto, o bailando hasta que duela el cuerpo ha sido reemplazado por la exposición mediática. Cada vez es mas la gente común que salta a la popularidad gracias a que la televisión esta ofreciendo poder tener unos segundos o incluso meses de cámara. a cambio de algo de rating. Un claro ejemplo son los  originalmente ignotos y hoy reconocidos, participantes de los realitys, o los que gracias a que un programa como "Policías en acción" los expuso frente a la audiencia, hoy son personas que tienen trabajo en los canales  o son contratados para hacer vaya a saber que cosa. (El muchacho de ¿Y Candela? o Peter del programa Sin codificar por ejemplo) Esta inmejorable posibilidad que hoy esta brindando la televisión arroja por tierra cualquier actividad o menester en la que se vean involucrados los vocablos talento y esfuerzo. La ecuación es simple "me expongo unos minutos, quizá mostrando la peor parte de mi y seguramente el reconocimiento y la fama vendrán por añadidura".

¿Cual es el precio?

Ahora bien, la pregunta que cabe hacer es cual es el precio que uno esta dispuesto a pagar por tener unos minutos de fama. Si miramos los dos reality  que están actualmente al aire, "Gran hermano" y "Soñando por bailar", vamos a ver que parece no existir un precio. Todo vale en este afán por llegar a estar al lado de Marcelo Tinelli o de lograr algún contrato en Telefe. Se han visto verdaderas perdidas. Parejas que se rompen en cámara, exposición mediática de cuestiones que tienen que ver con la intimidad y utilización de la violencia desenfrenada como una forma de hacerse notar, son algunos de las armas que los jóvenes han ido utilizando para llegar a su objetivo final. Pero la cosa no termina ahí, porque esta vorágine por ser famosos, arrastra, al igual que la ola de un tsunami, a los familiares de los participantes, quienes viendo que la  televisión esta abierta al "venga y diga cualquier cosa", también  se prenden en busca de sus dos minutos de fama.

Como vemos, ser famoso hoy en día no es cuestión de mostrarse de la mejor manera, dando a conocer lo que uno sabe hacer, sino de mostrarse de la peor forma, no importa si no existen capacidades para sostenerse en el medio, eso se vera más adelante, lo que importa es el aquí y el ahora, ese glorioso instante en el que uno sale en televisión.