Nada de tragedia
Ahora que ya han pasado los días y los muertos empiezan a intentar descansar en paz y los familiares buscan encontrarle un sentido a los que les paso, mi voz salio del ostracismo involuntario y empezó a aflorar, comenzó a querer decir algo, a hacer preguntas, a lograr entender lo que sucedió el 22 de febrero aproximadamente a las 8 20 de la mañana en la estación de trenes de Once. Y la verdad que no puedo hablar de una tragedia, porque la palabra viene de vocablo griego "tragos" que significa macho cabrío y esta relacionada con el Dios Dionisio y las distintas estaciones con sus diferentes épocas de productividad o improductividad de la madre tierra. Lo que paso en Once no tiene nada que ver con ningún Dios, ni con ninguna fatalidad. En la tragedia griega el hombre se enfrenta a los Dioses lo que lo lleva inevitablemente a la muerte, aquí no hay nada de eso, aquí hay solo desidia, impericia, falta de control y por sobre todas las cosas la ponderación del dinero en detrimento de las personas que todos los días viajan peor que el ganado desde su casa al trabajo ida y vuelta. O sea, responsabilidad netamente humana. Alguien no controlo, alguien omitió, alguien causo el accidente.
Esto no fue una de tragedia. Háganse cargo quienes tienen que hacerse cargo y dejen de endilgarle responsabilidades al "Supremo" que bastante ocupado esta con los problemas del mundo como para causar semejante desastre. La masacre de Once, no se me ocurre otra palabra para describir lo ocurrido, es obra del hombre, no del divino.
La justicia debe ser reparadora en este sentido y deberá castigar a los responsables con las leyes del hombre y no con las del cielo celestial, y devolverles así algo de serenidad a quienes han perdido a sus seres amados, a sus hijos, a sus padres, hermanos, madres, esposas, padres.
Espero que tanto dolor derramado sirva para que algo cambie, para alguien entienda que la vida humana es un bien único e invaluable y que debe ser respetada y protegida. Ese debería ser el ideal común y no la ambición de algunos, que en pos de engordar sus cuentas bancarias, desprecian la vida del prójimo. Ojala que esto sea también un "nunca mas".
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